Newbies

I know I’ve been kind of absent from the blog this week, but things have been a little crazy (as in psycho-crazy!) for me lately. However, I’m ecstatic that it’s finally Friday, and I promise to try really hard to work on some new content this weekend.
I am also very excited to start receiving some packages with a few items I purchased online this week. I’ve been on a real shopping craze for the past 6 weeks or so, and besides waiting to receive some new things in the mail, I have a few new things at home I bought weeks ago that I haven’t worn yet.
So stay tuned to find out how I’ll be styling some of this new babies soon. I won’t show you everything I’ve bought… There is one item in particular I am dyyyyyiiing to show you, but I’ll wait until it’s properly styled to make its debut on the blog (it happens to be a fall item and it’s still too damn hot to wear in this city, so bear with me on the wait)… But here are a few I can share with you for now. I am really excited about the cognac crossbody bag, I had been searching for one for a while; the black shoes are practically flats, and I would’ve liked them to be a little higher, but still happy with them; the two pair of heels are waiting for me at home right now and I can’t wait to get home and greet them; the skirt and nude clutch should be in next week, and the statement necklace may have to wait a couple of weeks to be in my hands. The best part is I got excellent deals on all the items. What do you think? Do you have a favorite item from this list?

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Metallic strappy sandals: Aldo
 Red statement necklace: ILY Couture
 Cognac crossbody bag: Lauren Ralph Lauren via TJ Maxx
 Taupe wedges: Aldo
 Striped skirt: The Limited
 Black low heel wedges: Shoedazzle
 Nude clutch: The Limited

¡Viva Mexico!

Hoy que se celebra el aniversario de la independencia de México, pensé que sería un buen día para compartir con ustedes algo que escribí hace un par de años y, que a excepción de un par de amigas, no había compartido con nadie. Así  que sin mas preámbulo, aquí  les dejo esto:

Corazon Partido

Desde hace años mi corazón está dividido por dos grandes amores. El primero es precisamente eso, el primer amor, el de la infancia, con el que crecí, el único que conocía. El otro me llegó ya en la edad adulta y totalmente por sorpresa; no me lo esperaba, pero poco a poco se fue ganando mi cariño, y me fue creando un conflicto interno prácticamente existencial. Ya sé, suena muy dramático, pero no piensen mal… no estoy hablando de dos hombres, sino de dos países.

Ahora sí que como dice la canción “Mexicana yo soy de sentimiento, de corazón, lo llevo dentro”. Nací y crecí en ese maravilloso país que es México, lleno de hermosos paisajes y de gran riqueza cultural, de gente cálida, y fascinante historia. México siempre será mi primer y gran amor. Llevo con orgullo su sello en mí. Desde chiquita me inculcaron el amor a la patria, y además muy profundamente porque no conozco persona que ame más la tierra que lo vio nacer que mi padre. En mi infancia no existieron vacaciones a Disneyland jamás. Mi papá decía “antes de conocer otros países, primero tienes que conocer el tuyo, tienes que conocer México”, y es así como terminaban mis berrinches por ir a visitar a Mickey Mouse y comenzaban nuestras travesías recorriendo el interior de la República. Fue así como conocí Sinaloa, Puebla, Querétaro, Michoacán, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Veracruz, Nuevo León, San Luis Potosí, Yucatán, Quintana Roo.  También fue así como adquirí una gran pasión por la historia, por saber de dónde venimos y cómo llegamos aquí. Claro, viajar por México y conocer su historia también creó conciencia en mí sobre los grandes contrastes que forman parte de nuestro país. Descubrí sus grandes riquezas y su gran pobreza, su abundancia y sus carencias. Y eso me hizo amarlo aun más  Sin embargo, la vida es curiosa y me llevaría por otro camino inesperado.

Un camino hacia el norte para ser exactos.  Diferentes situaciones y circunstancias me llevarían a vivir en Estados Unidos.  Un país, que por ser nuestro vecino de arriba, no me era del todo ajeno.  Si bien es cierto que en mi infancia no hubo visitas a Disneyland, si hubo algunas visitas a la frontera inmediata, en mi caso Arizona, que sirvieron como primera introducción a dicha cultura. Claro, una introducción comparable a mojarse la punta del dedo del pie en una alberca olímpica. Además, y precisamente por ser nuestro vecino del norte y uno muy importante, con el que México siempre ha tenido una relación difícil, mi imagen de Estados Unidos era algo así como la del lobo feroz.

Y así llegué a esta tierra, en calidad de visitante pasajera, con toda esa carga de gran amor por México  e igualmente grandes prejuicios sobre el país en el que ahora me adentraba, y del que ni siquiera conocía la historia. Inicialmente la idea de establecer residencia permanente en Estados Unidos no figuraba en mi mente. ¿Por que querría vivir en un país donde la gente era egoísta, fría, egocéntrica, soberbia, injusta, con pocos valores familiares y aún menos valores morales? Viajar, visitar, conocer, aprender, sí… pero vivir aquí para siempre ¡Nunca!  Sin embargo heme aquí, 7 años después, y vaya que he viajado, visitado, conocido, pero sobretodo aprendido, tanto de su gente como de su historia. Y también he juzgado, pero ahora sí con fundamentos, en base a la experiencia, juzgando el contenido y no la portada.  He descubierto una cara de Estados Unidos que no me imaginaba.  He encontrado gente cálida, solidaria, que lucha por rescatar los valores familiares, que valora enormemente la justicia y especialmente  la libertad. Gente tan respetuosa del espacio del otro, que a veces dicho respeto es malinterpretado como frialdad. Por supuesto, aquí también existen los contrastes.  No todas mis ideas preconcebidas eran totalmente erróneas, y Estados Unidos también tiene sus carencias.  Pero ese ha sido el más grande descubrimiento,  los contrastes. Entender que a pesar  de esa imagen de lobo feroz, es un país con un gran lado humano. Un país con el que México tiene grandes diferencias, pero también grandes similitudes. Y que la barrera más grande entre ambos es la ignorancia, el no conocerse realmente el uno al otro.

Así fue que en todo este proceso de conocer y descubrir a este país, se fue ganando mi cariño, mi respeto.  Al grado de tomar la decisión de adoptarlo como mío, de quedarme aquí permanentemente. Y es aquí donde comienza mi conflicto existencial. Porque tengo que admitirlo, ahora amo a este país que me ha recibido y cobijado, ¿y cómo no amarlo? Sería una ingratitud no hacerlo, y si algo aprendí en México es a ser agradecida. Pero no puedo evitar sentirme un poco infiel a México, a veces hasta sentir que con este nuevo amor lo he traicionado, y temo que crea que lo he abandonado.  Y entonces quisiera correr de regreso y gritarle que lo amo con toda mi alma, que no lo abandono, que lo llevo siempre en mi corazón; que por siempre seré antes que nada mexicana, y que espero siempre poner su nombre muy en alto.  Quisiera también decirle que lo extraño enormemente, a él y a todo lo que en él dejo. Que para siempre mi alma y mi corazón estarán divididos.  Ya nunca podre estar completa, porque siempre me faltara uno de es estos dos amores. Porque al estar aquí extraño a mi México lindo y querido, y al estar en México extraño al pedazo de mi vida que aquí se queda.  Y a veces no me siento ni de aquí ni de allá, porque todavía no termino de definir mi nueva identidad de mexicoamericana.  Que aún cuando dicha identidad está apenas en construcción, la base ya está sentada, y es ese profundo amor por ambos países. Porque si se puede amar a los dos, de diferente manera pero con la misma intensidad.  Y así seguiré en este camino que he elegido,  tratando de conciliar a mis dos amores,  forjándome esta nueva identidad que espero caiga más en lo multicultural que en la idea de que ambas culturas son mutuamente excluyentes.  Dejando atrás el nacionalismo mal entendido,  tomando lo mejor que cada cultura tiene que ofrecer para convertirme no sólo en una mejor ciudadana sino también en un mejor ser humano.

*Disculpas por las faltas de ortografía en el título y subtítulo
pero el diseño pre-fabricado que utilizo para el blog no reconoció 
acentos y ciertos símbolos en esas secciones.

Look of the Day: Central Park and More

I can’t think of a better way to spend a beautiful Sunday than to hang out in Central Park, and that’s exactly what we did when we were in New York. After having a nice little brunch on the Upper East Side, we arrived to the park and spend a few hours there. I love everything about this landmark. Bethesda Fountain and the Literary walk are two of my favorite spots within the park, not to mention all the lovely tunnels and bridges. I of course visit the park every time I’m in the city, but this time I got to do another first, take a carriage ride around the park, which was lovely.

After the park, I decided I wanted to check out the iconic Plaza Hotel, and so we did. It is be-a-u-tiful. I can only imagine what staying there and having a room with such a view of Central Park would be like. We got there just in time for tea, and I would’ve loved to sit there for an hour sipping on tea, eating tea sandwiches and scones, but that’s not precisely at the top of the list for a 13 year old boy, so I decided to leave ‘tea at the Plaza’ as something to look forward to on my next trip.

Then we hopped in the car and headed south to downtown and Wall Street area. Because it was a holiday weekend, and so many New Yorkers flee to the beach to say goodbye to summertime, the city didn’t feel as crowded as usual and traffic wasn’t terrible. However Soho was buzzing, there were people everywhere, coming and going and shopping and eating. Chinatown was pretty busy too, but Wall Street area was understandably mostly dead. Except for this tiny corner of the actual Wall Street where there was a movie shooting with none other than hottie Chris Pine. The movie crew obviously didn’t allow people to get close to the scene or the actors, but I did manage to take a picture from across the street showing a glimpse of his good looking face.

Next we headed to South Street Seaport because I was determined to get a picture of the Brooklyn Bridge. I had seen it before and even drove on it on my past trips, but surprisingly I never took a picture of it. South Street Seaport provides a pretty good view of it, and I snapped away as many pictures as I could, because it takes many for me to find one or two that I’m happy with. We hanged out there for a little while, and sat at one of the cafes for a snack, but the food was terrible.

Finally we ended our day right where we started it, in the Upper East Side. We had planned to have dinner at the famous Serendipity 3, but I was so naive as to think I could just walk in and get a table. Turns out you better make a reservation or you might end up waiting over an hour and a half. Which was our actual wait, although we decided to put our names on the list and then walked to a little brasserie on the corner to have dinner there, and we got back just in time to get our table at Serendipity 3 if only just to have one of their infamous desserts. I can see why this place has become so popular, it is quite charming and their desserts are a sight in themselves. I am not particularly a fan of such a sugar overdose but it was nice just to sit there, and enjoy a few bites with loved ones.

As usual, I leave you with the pictures of the day, outfit included. Enjoy!

 

In Central Park
Literary Walk

My actual smile

Favorite sunnies

New statement necklace

Bridge in the park

Saxophone player in tunnel

Light at the end of the tunnel

Bethesda Fountain

New Yorkers at the park

The Plaza Hotel

Flatiron Building

Washington Square Arch

NYSE

Cutie Chris Pine

Brooklyn Bridge

Brooklyn Bridge from the FDR

What I wore
Top: H&M
Skirt: vintage
Belt: H&M
Statement necklace: from Macy's
Neon bracelets: Target and Charming Charlie
Yellow handbag: H&M
Black flats: Crocs
Sunnies: $5 from street vendor in Mexico City

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